7 errores comunes al escribir diálogos y cómo evitarlos


Escribir diálogos es un arte que, bien logrado, puede hacer que los personajes cobren vida, que la historia avance de manera fluida y que el lector se sienta inmerso en la narración. Sin embargo, es fácil cometer errores que afecten la calidad del texto y la naturalidad de los diálogos. A continuación, revisaremos algunos de los errores más comunes al escribir diálogos y cómo evitarlos con ejemplos prácticos.

1. Diálogos irreales o antinaturales

Uno de los errores más comunes es escribir diálogos que no suenan naturales o que no reflejan cómo las personas realmente hablan. Los personajes pueden sonar demasiado formales o robóticos, lo que rompe con la fluidez de la lectura.

Error:

  • “Hola, Juan. Me gustaría comunicarme contigo para hablar sobre lo que sucedió en la reunión de esta mañana a las 10:00 a.m.”

Solución: ajusta el diálogo para que suene más natural y coloquial, tal como lo haría en una conversación real.

  • “Hola, Juan. Quería hablar contigo sobre lo que pasó en la reunión de esta mañana.”

Consejo: escucha cómo las personas hablan en la vida real, la forma en que omiten palabras o usan frases comunes, y trata de incorporar eso en tus diálogos.

2. Diálogos expositivos

El diálogo expositivo es cuando los personajes hablan principalmente para transmitir información al lector, en lugar de para interactuar entre ellos de manera natural. Esto resulta forzado y poco creíble.

Error:

  • “Como ya sabes, María, hemos estado casados por diez años y tenemos dos hijos, Pedro y Lucía, que van a la escuela.”

Solución: evita que los personajes repitan información que ya conocen, a menos que sea relevante o lógico para la conversación.

  • “María, estos diez años juntos han sido increíbles. No puedo creer cómo ha pasado el tiempo desde que Pedro y Lucía nacieron.”

Consejo: deja que el contexto y las acciones revelen información importante, en lugar de ponerla directamente en el diálogo.

3. Falta de ritmo

Los diálogos muy largos o demasiado cortos pueden romper el ritmo de la narración. Los diálogos largos sin interrupciones pueden abrumar al lector, mientras que los diálogos extremadamente cortos pueden sonar entrecortados y abruptos.

Error:

  • “Recuerdo cuando fuimos de vacaciones a la playa. Pasamos todo el día bajo el sol, nadando en el mar y jugando con los niños. Después fuimos al restaurante local, donde pedí un pescado delicioso. Al día siguiente, hicimos una caminata larga por el sendero del bosque, y…”

Solución: interrumpe los diálogos con acciones o detalles que den pausa y ritmo a la escena.

  • “Recuerdo nuestras vacaciones en la playa. Estuvimos todo el día nadando y jugando con los niños.”
    • María sonrió. “Y después cenamos ese pescado increíble, ¿te acuerdas?”
    • “Sí, ¡cómo olvidarlo! Y la caminata al día siguiente…”

Consejo: alterna entre diálogo y descripción para darle un ritmo dinámico a la escena.

4. Falta de distinción entre personajes

Si todos los personajes hablan de la misma forma, es difícil distinguir quién es quién, lo que puede confundir al lector y hacer que los personajes se sientan planos.

Error:

  • Pedro: “Deberíamos ir al cine.”
    • María: “Deberíamos ir al cine.”
    • Ana: “Deberíamos ir al cine.”

Solución: haz que cada personaje tenga una voz única, usando diferentes estilos de habla, expresiones o muletillas que reflejen su personalidad.

  • Pedro: “¿Y si vamos al cine? Podría estar bien.”
    • María: “¡Me encantaría ir al cine!”
    • Ana: “Sí, está bien. Si no hay otra opción.”

Consejo: piensa en cómo tu personaje hablaría en la vida real según su edad, trasfondo, emociones y entorno.

5. Uso excesivo de adverbios

Los adverbios como “dijo suavemente” o “gritó enfadado” pueden ser un atajo para mostrar emociones, pero pueden hacer que el diálogo sea débil si se usan en exceso. Es mejor mostrar la emoción a través de las palabras y las acciones, en lugar de confiar en adverbios para describir cómo se dice algo.

Error:

  • “¡No lo soporto más!”, gritó enfadado.
    • “Está bien, lo haré por ti”, dijo suavemente.

Solución: reemplaza los adverbios con acciones o expresiones que muestren cómo se sienten los personajes.

  • “¡No lo soporto más!” Golpeó la mesa con el puño.
    • “Está bien, lo haré por ti.” Su voz apenas era un susurro.

Consejo: usa adverbios solo cuando realmente aporten algo necesario, pero evita abusar de ellos.

6. Etiquetas de diálogo confusas o innecesarias

El uso incorrecto o repetitivo de etiquetas de diálogo (“dijo”, “preguntó”) puede resultar monótono o confuso. A veces es mejor omitir las etiquetas si el contexto deja claro quién está hablando.

Error:

  • “¿Vienes a la fiesta?”, preguntó Juan.
    • “No lo sé”, respondió Ana.
    • “Será divertido”, dijo Juan.
    • “Tal vez vaya”, dijo Ana.

Solución: usa etiquetas con moderación y, cuando sea posible, utiliza acciones o el contexto para indicar quién habla.

  • Juan se encogió de hombros. “¿Vienes a la fiesta?”
    • “No lo sé.” Ana evitó su mirada.
    • “Será divertido.”
    • “Tal vez vaya.”

Consejo: si solo dos personajes están hablando, no necesitas usar etiquetas en cada línea, el lector podrá seguir la conversación sin problemas.

7. Diálogos demasiado perfectos

Los diálogos en la vida real no son perfectos; las personas tartamudean, dudan y no siempre completan sus ideas. Escribir diálogos que fluyen perfectamente puede hacer que suenen poco naturales.

Error:

  • “Por supuesto que iré contigo. Sería muy agradable pasar la tarde juntos, y además, me interesa ver esa película.”

Solución: permite pausas, interrupciones o palabras inconclusas para que el diálogo se sienta más realista.

  • “Claro, iré contigo. Podríamos… no sé, pasar la tarde juntos. Y esa película… suena bien.”

Consejo: no tengas miedo de que los personajes se interrumpan o cambien de opinión, ya que eso refleja la naturaleza espontánea de las conversaciones reales.

Conclusión

Escribir buenos diálogos requiere práctica y atención a los detalles. Evitar los errores comunes como los diálogos forzados, expositivos o faltos de ritmo puede marcar una gran diferencia en la calidad de tu escritura. Asegúrate de que cada personaje tenga una voz única y que los diálogos reflejen la realidad del habla cotidiana, pero también cumplan con su función narrativa dentro de la historia. Con estos consejos y ejemplos, puedes lograr que tus diálogos sean dinámicos, naturales y atractivos para los lectores.

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