Alicia, ayúdame a no volver al frío, llévame, acógeme, busquemos la luz de estrellas muertas en el firmamento, degustemos el olor a carne muerta del espacio, encontremos a David Bowie, a la bruja cósmica, a la mamba negra y construyamos un mundo entre acordes, talento y espejos. Seamos nuestro propio público. Alicia, mi amada Alicia, eres mi droga, mi heroína, mi viaje astral. Te escribo versos en hojas de estrellas, con letras de sal y un solo deseo: quedarme contigo dentro de un mundo fugaz y sin retorno a lo extraño.
“Todos
alistándose para despegar. Repito, todos alistándose para despegar. Abróchense
los cinturones (y con ayuda de mi boca aprieto fuertemente el cinturón a mi
brazo izquierdo), mantenga pies y manos como se le indicó al abordar. Repito,
mantenga pies y manos como se le indicó al abordar. (Los pies no me responden,
debo ir por la jeringa). No se levante de su asiento. Repito, no se levante de
su asiento. (Suelto el pinchazo en la vieja herida) Estamos despegando. Repito,
estamos despegando. (Éxtasis atravesando mis ríos sanguíneos)”. Alicia,
¿Alicia?, ¿Alicia?, ya te veo Alicia. Veo que ya están todos. El conejo, la
bruja, la mamba y el astronauta. Cantemos, bailemos que el sistema solar es
nuestra pista de baile, las estrellas fugases nuestros tragos y los anillos de
Saturno nuestros sueños.
Extiende
tus brazos Alicia, volemos antes de que el combustible se termine o me quede
sin boleto para el siguiente viaje. Juguemos al escondite, a beber agua de
marte, a bañarnos en la oscuridad de la galaxia. Seamos dioses y construyamos
nuestro propio mundo de las ideas. Inventemos la música, el fuego y los besos
galácticos. Los solos de guitarra, llave de la psicodelia, y revivamos los años
setentas en Neptuno. Inventemos nuevas formas de vida, de inteligencia, de
lujuria, de ruidos y orgasmos. Y cuando todo se salga de control, cuando no existan
leyes que repriman a otras, cuando las voces se callen y vuelva el silencio,
entonces, sólo entonces, volveré a mi mundo con la esperanza de que me
recuerden como el Dios que fui, el creador, el Da Vinci moderno, el nuevo
profeta, el artista de las nuevas generaciones, el sol de las nuevas
constelaciones. Mientras tanto, hasta que ese día llegue, te seguiré visitando
mi amada Alicia.
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